Cristián M. González S.
Basta que hayan terminado las Fiestas Patrias y el buen tiempo recuerde que se acerca el verano para que miles de chilenos se pongan de cabeza a bajar de peso. Los kilos ganados en el invierno y en el fin de semana del Bicentenario hoy pesan más que nunca; la actividad en los gimnasios y el conteo de calorías se vuelven rutina.
En este panorama, la elección de una dieta no se debe dejar al azar, concuerdan los especialistas en el tema, en especial porque lo que para unos es efectivo, para otros puede ser incluso contraproducente.
Y esto porque las características físicas, de conducta, familiares y genéticas también pesan. Por ejemplo, un estudio español del Hospital Clínico de Santiago de Compostela -publicado en la última edición de The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism-, muestra que las hormonas leptina y grelina, asociadas a la regulación del apetito, influyen en que una persona recupere más rápido que otra los kilos perdidos en una dieta.
Así, los voluntarios del estudio que habían recuperado más del 10% del peso perdido tras la dieta tenían niveles más altos de leptina y cifras más bajas de grelina que aquellos que no volvieron a engordar. Para los autores, identificar quiénes son más propensos a volver a engordar a futuro ayudará a diseñar programas dietéticos adaptados a las necesidades de cada uno.
"Una dieta personalizada es más segura y favorece la adherencia del paciente por el tiempo suficiente para lograr los resultados que se buscan", opina la doctora Karín Papapietro, nutrióloga del Hospital Clínico Universidad de Chile.
Reducir calorías
Diseñar una dieta como un traje a medida es la tendencia en los últimos años, en especial en aquellas personas con un exceso de peso importante, en quienes ya han probado muchas dietas y también en personas con cinco o seis kilos de sobrepeso, agrega la doctora Mónica Manrique, nutrióloga de la Clínica UC San Carlos y del centro Nutramed.
"Se debe diseñar según la edad, la condición física y de salud, descartando enfermedades que pueden enlentecer una baja de peso o que requieren de cuidados especiales", precisa.
La doctora Papapietro agrega que es importante considerar el tipo de actividad física y el trabajo que realiza la persona. "Todo eso incide en el cálculo de calorías que va a tener la dieta".
Porque las calorías son un factor relevante. Un estudio de la Escuela de Salud Pública de la U. de Harvard concluyó que reducir el consumo de calorías es la fórmula más eficaz para perder peso; no importa si come menos carbohidratos, si elimina las grasas o si consume sólo proteínas.
En esta tendencia hacia la personalización, una dieta que ha cobrado popularidad es la del Genotipo, que consiste en fijar una pauta de alimentación a partir del grupo sanguíneo y diversas mediciones antropométricas, según explica Daniela Bertolone, directora de Genonutrición, uno de los centros dedicados a esta dieta en el país.
Inventada por el médico estadounidense Peter D´Adamo, la dieta plantea que "cada genotipo (son seis) requiere de ciertos alimentos que ayudan a potenciar genéticamente a la persona", mientras que otros deben ser eliminados o restringidos porque son perjudiciales.
Quienes se han sometido a esta dieta reconocen perder kilos y mejorar el ánimo y otros aspectos. "No nos interesa que bajen de peso rápido; eso es una consecuencia de un buen estado de salud", dice Bertolone.
Si bien no cuenta con respaldo científico, la doctora Manrique estima que puede ser sana, pero es una dieta que tiene que ver más que nada con la intolerancia hacia algunos alimentos y su restricción aportaría bienestar.
Por eso, la doctora Papapietro enfatiza en que sea cual sea la dieta que se escoja, lo ideal es que tenga la supervisión de un especialista. Y enfatiza que, pese al boom de las dietas personalizadas, las recomendaciones dietéticas generales siguen vigentes, sobre todo en personas con sobrepeso moderado y sin enfermedades asociadas.
Publicado el 23/09/2010
Fuente: El Mercurio
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